¿Qué se siente aprender un nuevo idioma?
Nov 06, 2024Escrito por Gabriela Estrada
Aprender un nuevo idioma, como el francés, es descubrir una nueva faceta de la vida. Para la población hispanohablante, es la oportunidad de abrirse camino y tener acceso a otras culturas y formas distintas de pensar y ver el mundo. A veces, los nativos del español solemos ver el aprendizaje del francés como algo difícil o imposible, ¡pero no es así!
Existe un gran número de hispanohablantes que han pasado por toda una montaña rusa de emociones antes de incorporar este idioma a su vocabulario como segunda lengua y, en el proceso, han encontrado que la experiencia es más gratificante y enriquecedora de lo que creían. Lea conmigo hasta el final y descubramos juntos lo que ocurre en la mente de un hispanohablante que comienza a aprender francés y lo consigue. ¡Comencemos!
Cinco emociones de un hispano al aprender francés
Los hispanos que han aprendido este segundo idioma manifiestan haber tenido experiencias incómodas y sentimientos encontrados al comienzo. A muchos les ha parecido difícil o innecesario aprender francés porque, en realidad, los latinos casi siempre nos entendemos en español, ya que la mayor parte de América Latina consta de países de habla hispana, a excepción de Brasil y otros territorios cercanos y más pequeños, pero, cuando descubren que este idioma está abriendo las puertas en países multilingües como Canadá, comienzan a reconocer que de la frustración y el miedo al ridículo pueden pasar a una calidad de vida maravillosa. Veamos cómo es esta montaña rusa de emociones.
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Expectativas muy altas y frustración
Muchos hispanohablantes comienzan motivados por la idea de dominar un idioma hermoso y distinguido como el francés, pero… las expectativas que manejan pueden ser muy altas y eso puede generar momentos de frustración cuando el progreso no es tan rápido como se esperaban.
Es importante recordar que aprender un nuevo idioma lleva tiempo y esfuerzo constante. Así que es mejor comenzar el aprendizaje con un manejo controlado de las expectativas para no desilusionarse antes de pasar siquiera a un segundo curso o nivel.
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Autoconfianza y autoexigencia
La autoconfianza es determinante en el proceso de aprendizaje. Algunos hispanohablantes pueden sentirse inseguros al hablar francés, especialmente al principio.
La autoexigencia puede ser un arma de doble filo, así que ¡cuidado!, porque, por un lado, puede motivar a estudiar y practicar más y, por el otro, puede generar ansiedad si se sienten presionados por alcanzar ciertos estándares.
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Vergüenza y miedo a los errores
Es muy duro decirlo, pero esto pasa al principio, cuando no se traza una ruta de aprendizaje guiada y bien enfocada. Hablar en público en un idioma extranjero puede ser intimidante. Los hispanohablantes pueden temerle al hecho de cometer errores gramaticales o pronunciar mal las palabras. La vergüenza puede surgir cuando sienten que no están a la altura de otros compañeros con más conocimiento o cuando otros los corrigen.
Claro que la vergüenza de hablar frente a otros es una emoción muy común, pero no debe tomarse como una conducta aprendida, al contrario, siempre nos gusta mencionarles a nuestros estudiantes de francés que los errores son parte natural del proceso de aprendizaje y que cada corrección es una oportunidad de afianzar una frase, un verbo, una palabra o un contexto. Así que, si ha pasado por esta difícil emoción, déjela ir, pronto cambiará y verá que el estudio y la constancia son la clave para fortalecer su capacidad de dominar el francés, y no al revés.
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Adaptación cultural
En esta etapa, el hispanohablante ya logra un despertar de la comprensión y se da cuenta de que aprender este bello idioma no solo implica dominar la gramática y el vocabulario, sino también conocer la peculiar y expansiva cultura francófona. Los hispanos que se convierten en francófonos ven el mundo en términos de crecimiento profesional y económico, ya que el mercado global les abre las puertas automáticamente, entonces la satisfacción se convierte en un modo de vida.
El hispano francófono termina por reconocer y aceptar las nuevas costumbres, normas sociales de tipo lingüístico y hasta formas distintas de comunicación.
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Logros y celebraciones
Muchas veces, los hispanos se preguntan si vale la pena aprender francés como segundo idioma, y cuando descubren los beneficios en términos de expansión profesional y hasta migratoria encuentran que la respuesta es: ¡por supuesto que sí! Cada pequeño logro merece celebración; desde una conversación simple hasta la ciudadanía canadiense por hablar francés.
Todas las emociones que se experimentan desde la clase uno de francés hasta el nivel de conversación fluida son buenas y necesarias, los francófonos consolidados pasaron por ellas y al final celebran que son bilingües. Así que si usted está atravesando alguna de estas emociones, no se preocupe, cada etapa pasará y más pronto de lo que imagina estará celebrando ¡que es hispanohablante y francófono a la vez!
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Gracias por leer hasta el final. Nos vemos en el próximo blog.
Con amor,
Planeta Immiland Education
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